"Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre."​

- 2 Corintios 9:7

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Creemos que dar nuestras primicias es un acto de adoración, una manera que honra a Dios (Proverbios 3:9) y al mismo tiempo vivir conscientemente que TODO lo que tenemos, no solo lo que damos, es del Señor (Salmo 24:1). Dios es un dador de dones eternos (Juan 3:16, 1 Corintios 2:12) y temporales (Deuteronomio 8:17-18, Santiago 1:17) y cuando un seguidor de Cristo entrega libre y gozosamente sus ganancias, ya sea sean dinero, posesiones, tiempo o talentos, están imitando a Dios. Estamos agradecidos con su deseo de dar, no solo por la forma en que su regalo nos permite continuar con nuestra misión de ser y hacer discípulos, sino también por lo que su regalo comunica al mundo sobre su corazón y su relación con Dios (2 Corintios 9:12-15) y cómo te beneficia invertir sabiamente (Hechos 20:35, Lucas 12:33).